#TecnousuariosTv: Lenovo Yoga Tablet 2 Pro, análisis

lunes, 17 de noviembre de 2014

Lenovo Yoga Tablet 2 Pro, análisis

Lenovo Yoga Tablet 2 Pro 19


A Lenovo le ha dado por reinventar los tablets para convertirlos en productos aún más versátiles. La demostración de ello es el Lenovo Yoga Tablet 2 Pro, una edición singular de sus habituales tablets que da el salto a una diagonal más propia de Ultrabooks, pero que guarda además otra sorpresa.


Esa sorpresa es por supuesto el picoproyector que integra aprovechando ese peculiar diseño de uno de los bordes largos del dispositivo, y que puede ser muy útil en diversos escenarios. Nos encontramos ante un producto ambicioso que hemos podido analizar en detalle y del que queremos contároslo todo.


Diseño


Lo primero que sorprende al sacar de la caja el Yoga Tablet 2 Pro es el hecho de que nos encontramos ante un dispositivo con una pantalla de 13,3 pulgadas que es idéntico en diseño al Lenovo Yoga Tablet 2 con Windows que también ofrece esa diagonal pero que en lugar de Android está basado en el sistema operativo de Microsoft.


Lenovo Yoga Tablet 2 Pro 20


Esa pantalla condiciona lógicamente tanto el tamaño como el peso (950 gramos) del dispositivo. Los marcos que rodean a la pantalla son quizás demasiado amplios para nuestro gusto, y no se aprovechan para botones capacitivos que se integran ya en la parte de la pantalla. Solo el marco superior está "manchado" con la webcam frontal, pero creemos que la empresa tiene margen de mejora en este apartado a la hora de hacer más compacta esta solución.


No obstante, en ese diseño hay apartados destacables, como el hecho de que el "cilindro" que se utiliza como borde inferior (o superior, según se mire en apaisado) hace que por ejemplo agarrarlo o sujetarlo sobre todo en modo retrato sea especialmente cómodo. Esto es especialmente de agradecer con una tamaño y peso de esa magnitud, y además ese borde cilíndrico es fundamental para la citada integración del proyector.


No solo eso: en ese borde redondeado que en la parte trasera ofrece una curva elegante se encierra también la bisagra que permite utilizar el soporte del tablet. Este soporte, que se pliega y despliega fácilmente (hay un botón que libera el cierre de seguridad) permite colocar el tablet sobre una mesa apoyándolo fácilmente en distintos ángulos.


El soporte está realizado en metal, como los bordes laterales, pero el resto de la parte posterior está fabricado con un plástico que simula el color metálico y que ofrece un buen tacto. En ese soporte encontramos que el filo inferior que se despliega no está especialmente pulido y es, de hecho, algo afilado, algo que mejora el agarre en cualquier superficie pero que puede resultar incómodo en su manejo y al abatirlo o desplegarlo.


El grosor del dispositivo va de menos (apenas 3,7 mm en ese borde inferior en apaisado) a más, con ese borde cilíndrico en el otro extremo que lógicamente hace que este apartado sea algo distinto al de otros tablets convencionales. En uno de los extremos de ese borde cilíndrico encontramos el botón de encendido/bloqueo, mientras que en el otro está el picoproyector con su cristal protector.


Debajo de esa parte del picoproyector, en la parte posterior de ese cilindro, encontramos un pequeño control deslizante que podremos utilizar para ajustar el enfoque. Su manejo es bastante complejo por la poca precisión que permite lograr al tacto, y entendemos que en ese apartado se necesitaría un control físico más adecuado o quizás un control por software que permitiera ir modificando ese enfoque en la superficie en la que proyectamos la imagen.



En la parte posterior encontramos el subwoofer de 5W de JBL y la lente de la cámara posterior, y si levantamos la solapa que hace de soporte tendremos a nuestra disposición las ranuras para tarjeta SIM -en nuestro modelo es posible disfrutar de conectividad 4G si nuestro contrato de datos móviles lo soporta- y tarjeta microSD.


En esa parte frontal del cilindro se pueden apreciar los dos altavoces frontales de 1,5W, mientras que en un lateral encontramos el botón físico que enciende el proyector (el sistema pide confirmación en pantalla) y el diminuto micrófono digital. En el otro lateral tenemos los controles de volumen, la entrada Micro USB para cargar el dispositivo y transferir datos, la toma de auriculares y el mencionado botón físico de encendido/bloqueo.


Especificaciones del Lenovo Yoga Tablet 2 Pro


Ese diseño encierra unas especificaciones notables que comienzan con el procesador, un Intel Atom Z3745 a 1,86 GHz (según la carga, ya que puede bajar a 1,33 GHz) al que acompañan 2 GB de RAM LPDDR3 y una capacidad de almacenamiento de 32 GB que podremos ampliar a otros 64 GB gracias a la mencionada ranura MicroSD.


Lenovo Yoga Tablet 2 Pro 5 1


La pantalla táctil IPS es sin duda apartado fundamental del dispositivo: esas 13,3 pulgadas se ven reforzadas con una resolución QHD de 2.560x1.440 píxeles que hacen que la calidad y definición de todo cuanto mostramos en ella sea fantástica. Se trata de un panel de una gran calidad con colores muy vivos, un ángulo de visión de 178 grados y una buena visibilidad incluso a la luz del sol gracias a un buen brillo (400 nits)y contraste.


La cámara posterior cuenta con un sensor de 8 Mpíxeles, autoenfoque, y un objetivo con apertura f/2.2, mientras que en la parte frontal contamos con una webcam de 1,6 Mpíxeles y foco fijo.Contamos además con sensores de luz ambiente, acelerómetro y magnetómetro -pero no giroscopio- y conectividad WiFI 802.11 a/b/g/n (lástima, nada de 802.11ac), además de Bluetooth 4.0.


La batería es otro de los apartados destacados de este tablet: sus 9.600 mAh garantizan una autonomía sobresaliente incluso teniendo en cuenta el tamaño y resolución de la pantalla. En nuestras pruebas llegamos a las 12 horas sin problemas en un uso normal del tablet, aunque el fabricante indica que es posible llegar a las 15 horas.


El picoproyector de este equipo es una de sus características estrella, pero no debemos dejarnos llevar por el entusiasmo, porque las dimensiones del equipo limitan sus posibilidades. De hecho, contamos con un modelo DLP que ofrece una resolución de 854x480 y una relación de aspecto 16:9, pero que cuenta con una iluminación muy discreta que está entre los 30 y 35 lúmenes. Luego hablaremos más de él.


Software y experiencia de uso


Otra de las decisiones singulares de Lenovo al ofrecer este producto es la de basarlo en Android 4.4, algo que contrasta con esa aparente ambición en el terreno de la productividad y en el trabajo ofimático. Aunque hay suficientes herramientas en el catálogo de Google Play como para aportar un plus en ese escenario -Microsoft ha dado un paso de gigante con sus versiones de Office para iOS y Android- algunos podrían entender que este producto debería haber aparecido con Windows.



De hecho y como indicabamos al principio, hay una variante muy similar -pero sin el proyector- con el sistema operativo de Microsoft, y parece que en Lenovo creen que Android es la alternativa más adecuada en este caso. Eso condiciona toda la experiencia de usuario, que se encuentra con un escritorio enorme en tamaño y resolución en el que, eso sí, Android trata de mostrar todos sus poderes sin complejos, aunque pocas aplicaciones logren sacar partido real de esa resolución y esa densidad de píxeles.


Esa diagonal y resolución hacen que podamos disfrutar de toda la experiencia de una forma más amplia, desde luego, y de hecho pronto nos olvidaremos de que estamos manejando un tablet de 13,3 pulgadas: su peso lo hace poco recomendable para sostenerlo de forma continua durante largos periodos de tiempo, pero el soporte ofrece una perfecta solución para apoyar el tablet y colocarlo en diversas posiciones de forma sencilla.


Incluso hay una apertura en el sólido soporte metálico que precisamente sirve para colgarlo -literalmente- en cualquier superficie si tenemos algún saliente de ella (un gancho, una escarpia, etc). Este modo podría parecer peligroso, pero la bisagra y ese soporte metálico son muy sólidos y garantizan que si elegimos ese modo de uso no tendremos problemas.


Continuando con el software, el fabricante no ha metido demasiado la mano en la personalización de Android 4.4, pero sí ofrece un conjunto de herramientas propias y adaptadas a este dispositivo. Las aplicaciones DOit, como Lenovo las denomina, permiten compartir ficheros con otros dispositivos vía WiFi, o sincronizar mensajes y contactos, por ejemplo. Una nota destacada la representa la guía del usuario, que ayuda a los usuarios noveles a entender desde el principio qué y cómo pueden sacar partido de este tablet, y que recorre todos sus apartados de forma clara.


Lenovo Yoga Tablet 2 Pro 12


La inclusión de un procesador de Intel es ya algo tradicional en dispositivos móviles de Lenovo, una de las pocas que apuesta una y otra vez por el consorcio x86-Android en lugar de hacerlo por el habitual ARM-Android. El resultado, como ya vimos en el análisis del Lenovo K900, puede dejar tranquilo a cualquiera: no notaremos ninguna diferencia con tablets basados por ejemplo en procesadores de Qualcomm o MediaTek. No hay limitaciones en el catálogo software, y tampoco en funcionalidades, y la experiencia es para el usuario absolutamente idéntica a la de cualquier otro tablet Android.


La fluidez es la norma gracias a la potencia de un procesador que logró algo más de 33.200 puntos en benchmarks sintéticos como AnTuTu y eso también se extiende al rendimiento gráfico, algo menos llamativo: la GPU Intel HD Graphics a 778 MHz permite también garantizar el disfrute de los juegos para la plataforma móvil de Google, aunque obviamente esa resolución de pantalla puede reducir sensiblemente la tasa de fotogramas por segundo respecto a resoluciones más modestas.


En 3DMark y en el test Ice Storm Unlimited obtuvimos por ejemplo 16.386 puntos -el iPad Air 2 de Apple logra según la base de datos de 3DMark algo más de 21.600 puntos, por los 25.800 del nuevo HTC Nexus 9-. Eso sí: el juego debe soportar esa resolución, y en nuestras pruebas con 'Asphalt 8: Airbone' por ejemplo la fluidez fue perfecta, aunque no se aprovechaba al máximo esa resolución de pantalla.


 Mg 8117


Esa pantalla y resolución invitan por supuesto a darle a este tablet más opciones de productividad, y aunque Lenovo no parece querer hacer mención de ello, conectar un teclado Bluetooth puede convertir a este tablet en una alternativa más que interesante para poder redactar textos de cualquier tipo de forma prolongada: esas 13,3 pulgadas dan para mucho, y la presencia de la suite ofimática Office en Android e iOS podría impulsar este tipo de escenarios.


En cuanto a la cámara posterior, los resultados son discretos, y aunque el sensor no es del todo decepcionante, su comportamiento incluso con buenas condiciones de luz cumple sin más. La cámara no es un apartado demasiado cuidado en este tablet, a pesar de que cada vez más y más usuarios sacan fotos con estos dispositivos, estemos a favor o en contra de esta práctica.


Así es el proyector del Lenovo Yoga Tablet 2 Pro


El picoproyector incluido en el producto de Lenovo era uno de los puntos que más interés teníamos en analizar en este tablet: pocos dispositivos han tenido la "osadía" de tratar de integrar una solución de este tipo, y las razones son obvias: la óptica y la tecnología necesarias para ofrecer un buen rendimiento son exigentes.


Lenovo Yoga Tablet 2 Pro 15


El Yoga Tablet 2 Pro tiene una limitación clara en cuanto al espacio disponible para integrar esos componentes, y aunque probablemente se hubieran podido mejorar esas opciones a nivel hardware, su coste hubiera implicado un precio mayor para el usuario. Esa es la razón por la cual Lenovo probablemente ha tratado de ofrecer un equilibrio entre el coste y las prestaciones en este picoproyector.


Eso hace que la experiencia de uso con este componente sea mediocre. La resolución ofrecida, 854x480, es muy escasa en cuanto tratamos de proyectar una imagen de gran tamaño, y en Lenovo indican que lo ideal es utilizar esta función a 2 metros de distancia como mucho. A más distancia la imagen se va difuminando, y es que esos 30-35 lúmenes no dan para mucho más.


La reproducción de contenidos también deja sensación agridulce, y a pesar de que este picoproyector nos puede sacar de algún apuro, su rendimiento es muy pobre. Incluso en ese teórico escenario empresarial en el que lo usamos para presentaciones, la colocación adecuada del tablet resulta ya compleja, ya que no hay posible corrección trapezoidal completa al colocarlo en distinto ángulo del específicamente "recto". Aunque esa corrección no es completa, sí que obtenemos la corrección en inclinación vertical: si vamos inclinando esa proyección hacia arriba, veremos cómo el dispositivo al menos sí corrige y mantiene el formato de imagen de forma adecuada. Aún así, lo ideal es colocar el tablet justo a la altura de la superficie de proyección, algo que puede dar más de un problema en la práctica.


La calidad de imagen es muy discutible con esa resolución, y teniendo en cuenta que la mayoría de las fuentes -haciendo mirroring del dispositivo, o poniendo algún que otro vídeo de YouTUbe- están a mayor resolución, la rebaja obligada de resolución hace que el resultado final sea muy discreto. Como decimos, el proyector es curioso como característica opcional, pero su calidad es muy limitada. Por el precio de este tablet, no obstante, no podíamos pedir mucho más.


La opinión y nota de Xataka


El Lenovo Yoga Tablet 2 Pro es un valiente intento de este fabricante por diferenciarse en un segmento en el que empieza a haber cierta desaceleración. La productividad y la versatilidad por las que apuesta este tablet son loables, y aunque en algunos apartados el resultado es decepcionante -el proyector- en otros es evidente que Lenovo ha pulsado las teclas adecuadas.


lenovo-yoga-tablet-2-pro


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Estamos pues ante un tablet algo inclasificable por esa curiosa combinación de especificaciones hardware y de plataforma software. Uno podría pensar que una pantalla de 13,3 pulgadas sería ya solo apta para sistemas operativos de escritorio muy orientados a la productividad como Windows, pero en Lenovo quieren demostrar que la alternativa es viable. Y el resultado, por ese precio de partida de 499 euros, es más que apetecible si uno busca un tablet de gran formato.



8.6



Diseño8,5

Pantalla 9,25

Rendimiento8,25

Software8

Autonomía9



A favor



  • Calidad de la pantalla

  • Autonomía

  • Diseño y versatilidad en su utilización




En contra



  • El proyector decepciona

  • La construcción del soporte podría pulirse





El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Lenovo. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas


-

La noticia Lenovo Yoga Tablet 2 Pro, análisis fue publicada originalmente en Xataka por Javier Pastor .




















Agradecemos a Javier Pastor

Fuente: http://bit.ly/1a8SV6e

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lunes, 17 de noviembre de 2014

Lenovo Yoga Tablet 2 Pro, análisis

Lenovo Yoga Tablet 2 Pro 19


A Lenovo le ha dado por reinventar los tablets para convertirlos en productos aún más versátiles. La demostración de ello es el Lenovo Yoga Tablet 2 Pro, una edición singular de sus habituales tablets que da el salto a una diagonal más propia de Ultrabooks, pero que guarda además otra sorpresa.


Esa sorpresa es por supuesto el picoproyector que integra aprovechando ese peculiar diseño de uno de los bordes largos del dispositivo, y que puede ser muy útil en diversos escenarios. Nos encontramos ante un producto ambicioso que hemos podido analizar en detalle y del que queremos contároslo todo.


Diseño


Lo primero que sorprende al sacar de la caja el Yoga Tablet 2 Pro es el hecho de que nos encontramos ante un dispositivo con una pantalla de 13,3 pulgadas que es idéntico en diseño al Lenovo Yoga Tablet 2 con Windows que también ofrece esa diagonal pero que en lugar de Android está basado en el sistema operativo de Microsoft.


Lenovo Yoga Tablet 2 Pro 20


Esa pantalla condiciona lógicamente tanto el tamaño como el peso (950 gramos) del dispositivo. Los marcos que rodean a la pantalla son quizás demasiado amplios para nuestro gusto, y no se aprovechan para botones capacitivos que se integran ya en la parte de la pantalla. Solo el marco superior está "manchado" con la webcam frontal, pero creemos que la empresa tiene margen de mejora en este apartado a la hora de hacer más compacta esta solución.


No obstante, en ese diseño hay apartados destacables, como el hecho de que el "cilindro" que se utiliza como borde inferior (o superior, según se mire en apaisado) hace que por ejemplo agarrarlo o sujetarlo sobre todo en modo retrato sea especialmente cómodo. Esto es especialmente de agradecer con una tamaño y peso de esa magnitud, y además ese borde cilíndrico es fundamental para la citada integración del proyector.


No solo eso: en ese borde redondeado que en la parte trasera ofrece una curva elegante se encierra también la bisagra que permite utilizar el soporte del tablet. Este soporte, que se pliega y despliega fácilmente (hay un botón que libera el cierre de seguridad) permite colocar el tablet sobre una mesa apoyándolo fácilmente en distintos ángulos.


El soporte está realizado en metal, como los bordes laterales, pero el resto de la parte posterior está fabricado con un plástico que simula el color metálico y que ofrece un buen tacto. En ese soporte encontramos que el filo inferior que se despliega no está especialmente pulido y es, de hecho, algo afilado, algo que mejora el agarre en cualquier superficie pero que puede resultar incómodo en su manejo y al abatirlo o desplegarlo.


El grosor del dispositivo va de menos (apenas 3,7 mm en ese borde inferior en apaisado) a más, con ese borde cilíndrico en el otro extremo que lógicamente hace que este apartado sea algo distinto al de otros tablets convencionales. En uno de los extremos de ese borde cilíndrico encontramos el botón de encendido/bloqueo, mientras que en el otro está el picoproyector con su cristal protector.


Debajo de esa parte del picoproyector, en la parte posterior de ese cilindro, encontramos un pequeño control deslizante que podremos utilizar para ajustar el enfoque. Su manejo es bastante complejo por la poca precisión que permite lograr al tacto, y entendemos que en ese apartado se necesitaría un control físico más adecuado o quizás un control por software que permitiera ir modificando ese enfoque en la superficie en la que proyectamos la imagen.



En la parte posterior encontramos el subwoofer de 5W de JBL y la lente de la cámara posterior, y si levantamos la solapa que hace de soporte tendremos a nuestra disposición las ranuras para tarjeta SIM -en nuestro modelo es posible disfrutar de conectividad 4G si nuestro contrato de datos móviles lo soporta- y tarjeta microSD.


En esa parte frontal del cilindro se pueden apreciar los dos altavoces frontales de 1,5W, mientras que en un lateral encontramos el botón físico que enciende el proyector (el sistema pide confirmación en pantalla) y el diminuto micrófono digital. En el otro lateral tenemos los controles de volumen, la entrada Micro USB para cargar el dispositivo y transferir datos, la toma de auriculares y el mencionado botón físico de encendido/bloqueo.


Especificaciones del Lenovo Yoga Tablet 2 Pro


Ese diseño encierra unas especificaciones notables que comienzan con el procesador, un Intel Atom Z3745 a 1,86 GHz (según la carga, ya que puede bajar a 1,33 GHz) al que acompañan 2 GB de RAM LPDDR3 y una capacidad de almacenamiento de 32 GB que podremos ampliar a otros 64 GB gracias a la mencionada ranura MicroSD.


Lenovo Yoga Tablet 2 Pro 5 1


La pantalla táctil IPS es sin duda apartado fundamental del dispositivo: esas 13,3 pulgadas se ven reforzadas con una resolución QHD de 2.560x1.440 píxeles que hacen que la calidad y definición de todo cuanto mostramos en ella sea fantástica. Se trata de un panel de una gran calidad con colores muy vivos, un ángulo de visión de 178 grados y una buena visibilidad incluso a la luz del sol gracias a un buen brillo (400 nits)y contraste.


La cámara posterior cuenta con un sensor de 8 Mpíxeles, autoenfoque, y un objetivo con apertura f/2.2, mientras que en la parte frontal contamos con una webcam de 1,6 Mpíxeles y foco fijo.Contamos además con sensores de luz ambiente, acelerómetro y magnetómetro -pero no giroscopio- y conectividad WiFI 802.11 a/b/g/n (lástima, nada de 802.11ac), además de Bluetooth 4.0.


La batería es otro de los apartados destacados de este tablet: sus 9.600 mAh garantizan una autonomía sobresaliente incluso teniendo en cuenta el tamaño y resolución de la pantalla. En nuestras pruebas llegamos a las 12 horas sin problemas en un uso normal del tablet, aunque el fabricante indica que es posible llegar a las 15 horas.


El picoproyector de este equipo es una de sus características estrella, pero no debemos dejarnos llevar por el entusiasmo, porque las dimensiones del equipo limitan sus posibilidades. De hecho, contamos con un modelo DLP que ofrece una resolución de 854x480 y una relación de aspecto 16:9, pero que cuenta con una iluminación muy discreta que está entre los 30 y 35 lúmenes. Luego hablaremos más de él.


Software y experiencia de uso


Otra de las decisiones singulares de Lenovo al ofrecer este producto es la de basarlo en Android 4.4, algo que contrasta con esa aparente ambición en el terreno de la productividad y en el trabajo ofimático. Aunque hay suficientes herramientas en el catálogo de Google Play como para aportar un plus en ese escenario -Microsoft ha dado un paso de gigante con sus versiones de Office para iOS y Android- algunos podrían entender que este producto debería haber aparecido con Windows.



De hecho y como indicabamos al principio, hay una variante muy similar -pero sin el proyector- con el sistema operativo de Microsoft, y parece que en Lenovo creen que Android es la alternativa más adecuada en este caso. Eso condiciona toda la experiencia de usuario, que se encuentra con un escritorio enorme en tamaño y resolución en el que, eso sí, Android trata de mostrar todos sus poderes sin complejos, aunque pocas aplicaciones logren sacar partido real de esa resolución y esa densidad de píxeles.


Esa diagonal y resolución hacen que podamos disfrutar de toda la experiencia de una forma más amplia, desde luego, y de hecho pronto nos olvidaremos de que estamos manejando un tablet de 13,3 pulgadas: su peso lo hace poco recomendable para sostenerlo de forma continua durante largos periodos de tiempo, pero el soporte ofrece una perfecta solución para apoyar el tablet y colocarlo en diversas posiciones de forma sencilla.


Incluso hay una apertura en el sólido soporte metálico que precisamente sirve para colgarlo -literalmente- en cualquier superficie si tenemos algún saliente de ella (un gancho, una escarpia, etc). Este modo podría parecer peligroso, pero la bisagra y ese soporte metálico son muy sólidos y garantizan que si elegimos ese modo de uso no tendremos problemas.


Continuando con el software, el fabricante no ha metido demasiado la mano en la personalización de Android 4.4, pero sí ofrece un conjunto de herramientas propias y adaptadas a este dispositivo. Las aplicaciones DOit, como Lenovo las denomina, permiten compartir ficheros con otros dispositivos vía WiFi, o sincronizar mensajes y contactos, por ejemplo. Una nota destacada la representa la guía del usuario, que ayuda a los usuarios noveles a entender desde el principio qué y cómo pueden sacar partido de este tablet, y que recorre todos sus apartados de forma clara.


Lenovo Yoga Tablet 2 Pro 12


La inclusión de un procesador de Intel es ya algo tradicional en dispositivos móviles de Lenovo, una de las pocas que apuesta una y otra vez por el consorcio x86-Android en lugar de hacerlo por el habitual ARM-Android. El resultado, como ya vimos en el análisis del Lenovo K900, puede dejar tranquilo a cualquiera: no notaremos ninguna diferencia con tablets basados por ejemplo en procesadores de Qualcomm o MediaTek. No hay limitaciones en el catálogo software, y tampoco en funcionalidades, y la experiencia es para el usuario absolutamente idéntica a la de cualquier otro tablet Android.


La fluidez es la norma gracias a la potencia de un procesador que logró algo más de 33.200 puntos en benchmarks sintéticos como AnTuTu y eso también se extiende al rendimiento gráfico, algo menos llamativo: la GPU Intel HD Graphics a 778 MHz permite también garantizar el disfrute de los juegos para la plataforma móvil de Google, aunque obviamente esa resolución de pantalla puede reducir sensiblemente la tasa de fotogramas por segundo respecto a resoluciones más modestas.


En 3DMark y en el test Ice Storm Unlimited obtuvimos por ejemplo 16.386 puntos -el iPad Air 2 de Apple logra según la base de datos de 3DMark algo más de 21.600 puntos, por los 25.800 del nuevo HTC Nexus 9-. Eso sí: el juego debe soportar esa resolución, y en nuestras pruebas con 'Asphalt 8: Airbone' por ejemplo la fluidez fue perfecta, aunque no se aprovechaba al máximo esa resolución de pantalla.


 Mg 8117


Esa pantalla y resolución invitan por supuesto a darle a este tablet más opciones de productividad, y aunque Lenovo no parece querer hacer mención de ello, conectar un teclado Bluetooth puede convertir a este tablet en una alternativa más que interesante para poder redactar textos de cualquier tipo de forma prolongada: esas 13,3 pulgadas dan para mucho, y la presencia de la suite ofimática Office en Android e iOS podría impulsar este tipo de escenarios.


En cuanto a la cámara posterior, los resultados son discretos, y aunque el sensor no es del todo decepcionante, su comportamiento incluso con buenas condiciones de luz cumple sin más. La cámara no es un apartado demasiado cuidado en este tablet, a pesar de que cada vez más y más usuarios sacan fotos con estos dispositivos, estemos a favor o en contra de esta práctica.


Así es el proyector del Lenovo Yoga Tablet 2 Pro


El picoproyector incluido en el producto de Lenovo era uno de los puntos que más interés teníamos en analizar en este tablet: pocos dispositivos han tenido la "osadía" de tratar de integrar una solución de este tipo, y las razones son obvias: la óptica y la tecnología necesarias para ofrecer un buen rendimiento son exigentes.


Lenovo Yoga Tablet 2 Pro 15


El Yoga Tablet 2 Pro tiene una limitación clara en cuanto al espacio disponible para integrar esos componentes, y aunque probablemente se hubieran podido mejorar esas opciones a nivel hardware, su coste hubiera implicado un precio mayor para el usuario. Esa es la razón por la cual Lenovo probablemente ha tratado de ofrecer un equilibrio entre el coste y las prestaciones en este picoproyector.


Eso hace que la experiencia de uso con este componente sea mediocre. La resolución ofrecida, 854x480, es muy escasa en cuanto tratamos de proyectar una imagen de gran tamaño, y en Lenovo indican que lo ideal es utilizar esta función a 2 metros de distancia como mucho. A más distancia la imagen se va difuminando, y es que esos 30-35 lúmenes no dan para mucho más.


La reproducción de contenidos también deja sensación agridulce, y a pesar de que este picoproyector nos puede sacar de algún apuro, su rendimiento es muy pobre. Incluso en ese teórico escenario empresarial en el que lo usamos para presentaciones, la colocación adecuada del tablet resulta ya compleja, ya que no hay posible corrección trapezoidal completa al colocarlo en distinto ángulo del específicamente "recto". Aunque esa corrección no es completa, sí que obtenemos la corrección en inclinación vertical: si vamos inclinando esa proyección hacia arriba, veremos cómo el dispositivo al menos sí corrige y mantiene el formato de imagen de forma adecuada. Aún así, lo ideal es colocar el tablet justo a la altura de la superficie de proyección, algo que puede dar más de un problema en la práctica.


La calidad de imagen es muy discutible con esa resolución, y teniendo en cuenta que la mayoría de las fuentes -haciendo mirroring del dispositivo, o poniendo algún que otro vídeo de YouTUbe- están a mayor resolución, la rebaja obligada de resolución hace que el resultado final sea muy discreto. Como decimos, el proyector es curioso como característica opcional, pero su calidad es muy limitada. Por el precio de este tablet, no obstante, no podíamos pedir mucho más.


La opinión y nota de Xataka


El Lenovo Yoga Tablet 2 Pro es un valiente intento de este fabricante por diferenciarse en un segmento en el que empieza a haber cierta desaceleración. La productividad y la versatilidad por las que apuesta este tablet son loables, y aunque en algunos apartados el resultado es decepcionante -el proyector- en otros es evidente que Lenovo ha pulsado las teclas adecuadas.


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Estamos pues ante un tablet algo inclasificable por esa curiosa combinación de especificaciones hardware y de plataforma software. Uno podría pensar que una pantalla de 13,3 pulgadas sería ya solo apta para sistemas operativos de escritorio muy orientados a la productividad como Windows, pero en Lenovo quieren demostrar que la alternativa es viable. Y el resultado, por ese precio de partida de 499 euros, es más que apetecible si uno busca un tablet de gran formato.



8.6



Diseño8,5

Pantalla 9,25

Rendimiento8,25

Software8

Autonomía9



A favor



  • Calidad de la pantalla

  • Autonomía

  • Diseño y versatilidad en su utilización




En contra



  • El proyector decepciona

  • La construcción del soporte podría pulirse





El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Lenovo. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas


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La noticia Lenovo Yoga Tablet 2 Pro, análisis fue publicada originalmente en Xataka por Javier Pastor .




















Agradecemos a Javier Pastor

Fuente: http://bit.ly/1a8SV6e

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