Un coche es un producto muy diferente a un smarpthone o tablet. En un teléfono uno puede recibir actualizaciones, ya sea de aplicaciones, ya sea del propio sistema operativo, cada pocas semana o varios meses, según sea el caso. Con estas actulizaciones pueden cambiar muchas cosas en nuestro dispositivo (para bien o para mal, eso depende).
Pero en los coches, tradicionalmente, esto de las actualizaciones no ha existido. Te comprabas un coche, venía con una serie de elementos, equipamientos y funciones, y así hasta que se hiciera viejo, te deshicieras de él, y te compraras otro más nuevo con más tecnología y equipamientos.
Hay que asegurarse de que todo funcionará bien
Y esto tiene una razón de ser bastante lógica. La primera es que la parte de software solía estar muy poco presente en un coche, al menos tal y como la entendemos en un ordenador, tablet o teléfono. La parte más importante era y sigue siendo mecánica, y la parte eléctrica y electrónica solía ser lo más simple posible, con una programación de fábrica sencilla, que no estaba pensada para ser modificada ni reprogramada.
Y es comprensible, ya que en un coche lo que debe prevalecer es que todo funcione correctamente como debe hacerlo, y que el coche sea seguro. Haciendo una comparación muy simplificada, no es cuestión de arriesgarnos a que el sistema se nos quede colgado ni aparezcan pantallazos azules, y algo fundamental deje de funcionar.
Si estamos en casa, y aunque pueda ser molesto, hasta cierto punto no es muy grave tener que apagar y volver a encender el tablet porque se quedó colgado, pero mientras estamos conduciendo esto no sería nada deseable (pero nada nada deseable, imagínatelo, sería para echarse a temblar).
Por eso los fabricantes de automóviles no se arriesgan a implementar en los coches lo último que acaba de salir, al día siguiente de que salga. Primero lo ponen a prueba durante meses o incluso años, principalmente en labotario, después en bancos de pruebas y finalmente en los circuitos privados de pruebas de la marca, con conductores de prueba profesionales, para comprobar qué utilidad aporta, y sobre todo, cuánto fiable es y qué fallos o problemas puede dar en condiciones de uso reales.
La parte física del coche impone sus limitaciones
Hay también que entender que un coche es fundamentalmente hardware . Decimos esto, de nuevo, para remarcar la diferencia con un tablet o un ordenador, donde el mayor peso lo tiene ya el software, y donde de hecho, si no fuera por él, tendríamos un objeto muy bonito, pero muy poco útil.
Además en un tablet, en un teléfono, o en un ordenador, en principio el hardware es mucho más estándar y universal, y aunque la potencia puede irse quedando más limitada, en principio no suele haber mayor inconveniente en ir instalando nuevas versiones y actualizaciones de los sistemas.
En un coche es difícil actualizar ciertas funciones sin actualizar el hardware . Pongamos un ejemplo: si no tengo ESP en mi coche, necesito instalar diferentes elementos, y en en diferentes partes, para disponer del sistema: sensores en las ruedas y frenos, sensores en el volante, un actuador automático en el sistema de frenos y una centralita "cerebro" del sistema que compute los datos y reaccione conforme a su programación.
Si el coche no venía con ello de fábrica, ni siquiera se puede pensar en una actualización on the air que pueda dar esa nueva función. De hecho, los sistemas son tan complejos, que la instalación a posteriori en un taller de todos estos elementos es casi imposible, por lo difícil y costoso que es acceder a ciertas partes, por todo lo que habría que desmontar y volver a montar, por las piezas que habría que cambiar y por las piezas que habría que incorporar nuevas.
De hecho, un coche se piensa para una determinada tecnología. Como poco a poco cobra más importancia la electrónica, las plataformas de los coches, es decir, la parte estructural fundamental del coche, que es algo así como la caja y la placa base de un ordenador (para intentar hacer una analogía que sea fácil de comprender) se piensa para incorporar una determinada tecnología.
En esa plataforma se contemplan los espacios para disponer los diferentes elementos y sobre todo el cableado, cada vez más kilométrico, para poder instalar todos los equipamientos, tecnologías y funciones. Ya no hablamos de un coche que se fabricó y vendió, y que se quiere actualizar, sino de un coche que se está fabricando.
Si su plataforma no tiene espacio para instalar tal nuevo sistema tecnológico, pongamos por ejemplo el asistente para atascos de tráfico (con todos los elementos y componentes que conlleva), no se puede incorporar. Hay que esperar a que se desarrolle una nueva plataforma.
Desarrollar un coche es muy caro, pero mucho de verdad. Según modelos podemos hablar incluso de miles de millones de euros. No solo es un trabajo de diseño e ingenería, también es un trabajo de adaptar las fábricas que lo van a fabricar, de preparar a los mecánicos que luego lo tendrán que reparar, y muchas cosas.
Por eso los ciclos normales de renovación de los coches son de varios años. Normalmente suelen ser de unos 6 a 8 años, normalmente con una ligera renovación, de pequeños detalles, incorporación de motores nuevos, o retoques estéticos, más o menos a mitad de ciclo, o un poco después (esto es lo que se suele llamar restyling). Lo que sucede es que esa renovación puede modificar cosas "simples" y "baratas" como los faros o los paragolpes, pero no suele modificar, o al menos no profundamente, elementos fundamentales como la plataforma.
Así que para que un coche pueda incorporar lo último en tecnología, además de que la marca se asegure antes de ponerla a prueba durante millones de kilómetros, es que se renueve por completo ese modelo y cambie su plataforma.
Pero no todo tiene que ser siempre igual: y llegó Tesla
Os decíamos que la parte electrónica va cobrando cada vez más protagonismo en los coches. Y así es. Y si además en el desarrollo del coche se dejó prevista una mayor posibilidad de actualizar diferentes elementos, el poder actualizar ciertas cosas, sin tener que cambiar de coche, se hace más fácil.
Hay tres cosas que ayudan. La primera, incorporar sistemas de conectividad multimedia. La segunda, supeditar muchas funciones del coche a un "cerebro" reprogramable. La tercera, que el coche sea eléctrico (sí, aunque pueda no tener sentido para algunos).
Y ahí tenemos el ejemplo de Tesla Motors con la berlina grande eléctrica Tesla Model S, y sus actualizaciones OTA. ¿Hasta dónde pueden llegar esas actualizaciones? Pues vamos a recordar algunos ejemplos:
- Se modificaron los rangos de variación de la altura de la suspensión neumática. Así por ejemplo la carrocería ya no podría descender tanto como al principio. Se hizo para evitar que objetos extraños que hubiera en el suelo dañaran los bajos. Obviamente con unos amortiguadares tradicionales esto no hubiera sido posible.
- Se mejoró la aceleración de 0 a 100 km/h de la versión P85D de 700 CV, con una actualización que modificaba el algoritmo del inversor, que es el elemento que se encarga de pasar la energía almacenada en las baterías al motor (su nombre viene por transformas la corriente continua en alterna). Si se extrae un poco más de potencia y tensión de la batería, también tendrá más potencia el motor, aunque sea puntualmente. La gestión del sistema de control de tracción también se puede reprogramar, para que sea más o menos intrusivo, por ejemplo.
- Se ampliaron las posibilidades del sistema de conectividad multimedia del coche, y de la navegación GPS, para localizar de manera precisa supercargadores y puntos de recarga, visualizar el alcance real del coche sobre el mapa, y para planificar rutas con las paradas óptimas para recargar el coche y poder completarlas sin problemas, con un cálculo más preciso de tiempos de recarga, autonomía restante, etc.
- Nuevas funciones para el sistema Autopilot , como frenado automático de emergencia y detección de vehículos en el ángulo muerto.
Que con una actualización cambie el sistema de navegación GPS del coche, es algo análogo a cuando actualizamos en nuestro teléfono Google Maps, y de pronto todo cambia en la aplicación. Del mismo modo se pueden incorporar nuevas funciones al sistema de navegación GPS.
Conste también que Tesla no es el único fabricante que permite actualizar el sistema de conectividad del coche, aunque no sea vía OTA, sino vía taller, y aunque sean todavía muy pocos los que los permiten.
Con el sistema Autopilot hay que observar lo siguiente:
- Si el Tesla Model S que se compró un cliente hace dos años no venía de fábrica con el sistema, y por tanto todos los elementos y sensores que conlleva, no va a poder disfrutar de esas nuevas funciones (es obvio, ¿no?).
- Quien se compró un Tesla Model S con el sistema, en efecto ahora tendrá más funciones que las que tenía el día que salió de la tienda con el coche, pero porque en su día el sistema no estaba realmente terminado de desarrollar. O mejor dicho: de todas las funciones posibles que podría tener el sistema, solo se habían activado unas pocas.
El sistema Autopilot incluye un radar frontal, una cámara de vídeo frontal y 12 sensores de ultrasonidos alrededor del coche (en los paragolpes, para medir distancias cortas por delante, por detrás y por los laterales). Además de los sensores, obviamente hay una unidad de proceso reprogramable, que computa todos los datos y realiza las acciones pertinentes según la programación.
En un primer momento el sistema tenía funciones muy parecidas a lo que otras marcas suelen conocer como control de velocidad de crucero adaptativo, asistente de mantenimiento en el carril y aparcamiento automático. Ya entonces tenía una función muy interesante: en el modo de piloto automático temporal, el coche podía cambiar de carril al dar al intermitente.
Con la nueva actualización se amplían la funciones posibles, como comentábamos antes, frenado automático de emergencia si el sistema detecta riesgo de colisión, detección de vehículos en el ángulo muerto de los espejos retrovisores y regulación automática de las luces de cruce y carretera.
¿Podría recibir nuevas funciones? Sí, hasta donde el hardware aguante, la intención de Tesla Motors es seguir desarrollando el software de Autopilot para que termine funcionando como un piloto automático temporal que pueda conducir él solo por completo en autopista (ojo solo autopista), y ofrecerlas como actualizaciones vía OTA.
Ahora solo queda ver qué opción prefieren los clientes: si la tradicional, que básicamente consiste en casi no actualizar nada hasta que toque cambiar de coche, o en la nueva, de poder actualizar muchas funciones de manera muy similar a como actualizamos el teléfono.
En Xataka | Tu Tesla se vuelve mejor mientras duermes: vivan las actualizaciones OTA en coches
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La noticia ¿Puede Tesla con actualizaciones del firmware cambiar el lento ciclo de innovación en el coche? fue publicada originalmente en Xataka por Ibáñez .
Agradecemos a Ibáñez
Fuente: http://bit.ly/1a8SV6e
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