Las carencias económicas no sólo afectan las necesidades inmediatas de un individuo o grupo social, sino que también afecta su la formación cerebral y congnitiva, ocasionando un problema a largo plazo pues incide directamente en el desarrollo científico de la nación.
Según el Programa de Naciones Unidas para el desarrollo una de cada cinco personas en el mundo vive en pobreza, esto quiere decir, que 1.500 millones de personas no tienen acceso a recursos como agua potable, vivienda, electricidad, medicamentos, educación básica, o sanidad. Siendo las regiones más afectadas Latinoamérica, África y Asia.
Adicionalmente sabemos que hay un vínculo entre el desarrollo científico de un país y su calidad de vida, de modo que los países con mayores niveles de riqueza per cápita también presentan mayor cantidad de investigaciones científicas y desarrollo de nuevas tecnologías; el problema viene a ser que específicamente son los países más pobres los que necesitan un desarrollo tecnológico sostenible que brinde soluciones a las problemáticas de estas naciones, así por ejemplo, un país con problemas de agua potable necesita de mecanismos de potabilización de bajo costo y de distribución masiva que permitan a la población acceder al preciado líquido, ¿Por qué es entonces en estos países que vemos un desarrollo científico tan limitado?
La pobreza tiene un efecto perjudicial en el desarrollo del cerebro
En un estudio reciente Luby y colaboradores encontraron que los niños que nacen en situación de pobreza suelen presentar un menor desarrollo cerebral; encontraron que zonas como el hipocampo, la amigadla, la materia gris y la materia blanca, presentan menos desarrollo en comparación a aquellos que provienen de otros estratos socio-económicos. Esta es una condición crónica, es decir, aun cuando el niño se integre posteriormente a un entorno social de clase media, su desarrollo neurológico tendera a ser menor que el de otros niños que nacieron en dicha condición.
Una persona con mayores niveles de inteligencia necesita de una alimentación apropiada y de un entorno seguro y emocionalmente estable que le permite desarrollar adecuadamente sus potencialidades.
Mientras que el hipocampo y la amígdala son los que nos ayudan a formar memorias nuevas, la materia gris esta comúnmente asociada al procesamiento de la información y el raciocinio, y la sustancia blanca suele considerarse como la línea de comunicación del sistema nervioso central. En pocas palabras, los niños en situación de pobreza suelen presentar mayor dificultad para memorizar y analizar la información, esto, como indican los autores en el estudio, es corroborado por el hecho de que el desempeño académico de estos niños suele ser inferior al de otros estratos socio-económicos.
Este fenómeno puede ser explicado por la teoría del desarrollo evolutivo, que plantea que la tendencia al desarrollo de un individuo esta mediada por su ambiente. Por ejemplo, cuando vemos las estadísticas de la altura de la personas, vemos un incremento considerable a lo largo del siglo XX, esto se debe a que en líneas generales las personas hoy en día tienen acceso a alimentos más nutritivos que fomentan el crecimiento. Del mismo modo, una persona con tendencia a tener mayores niveles de inteligencia necesita de una alimentación apropiada y de un entorno seguro y emocionalmente estable que le permite desarrollar adecuadamente sus potencialidades.
Finalmente, el desarrollo del cerebro es un proceso que ocurre principalmente durante el embarazo y en los primeros años de vida, de modo que en la medida que pasa el tiempo se hace más difícil revertir los efectos que pueda tener una mala alimentación o una falta de estimulación apropiada.
Cuando esto ocurre a gran escala, como en el caso de países con altos índices de pobreza, la educación comienza sufrir en la medida que debe adaptarse para atender estudiantes a los que se les dificulta el aprendizaje, en ocasiones bajando el nivel de exigencia y la calidad de la educación, surgen entonces brechas académicas entre distintos sectores socio-económicos, las clases sociales más altas alcanzan grandes logros académicos, mientras que las clases sociales más pobres no cuentan con una preparación educativa y biológica adecuada para afrontar los estudios de tercer nivel, disminuyendo considerablemente la cantidad de persona con facultades y aptitudes para la investigación y el desarrollo de tecnologías. Es en este punto que la pobreza puede dañar el desarrollo científico.
Las universidades son vulnerables en los países pobres
Interesantemente, cuando analizamos los censos estudiantiles a nivel mundial, nos encontramos con que las regiones que presentan mayores niveles de nuevos ingresos a estudios de tercer nivel son precisamente las regiones más pobres: África, Latinoamérica y Asia, sin embargo, paralelamente, estas regiones son las que tienen menores índices de producción científica y tecnológica, por ejemplo, ninguna revista científica de estas regiones forma parte del Q1 (primer cuartil) de publicaciones científicas indexadas.
Esto se debe en gran medida a que en los países en situación de pobreza no suelen hacer grandes inversiones en educación, como consecuencia:
- Los equipos y la tecnología disponible para la formación de nuevos profesionales y para la investigación son obsoletos.
- La profesión académica es mal pagada, disuadiendo a posibles investigadores de hacer labor científica.
- Los archivos bibliográficos son limitados, por lo que el estudiante debe poner dinero de su propio bolsillo para adquirir la literatura necesaria.
Esto al mismo tiempo, lleva a que los científicos expertos o con gran potencial sean captados por otros países, en consecuencia, las plazas académicas son ocupadas por un personal que mucha veces no tiene la preparación adecuada para formar a los estudiantes, creando un círculo vicioso en el que cada generación va progresivamente disminuyendo la calidad de la educación.
Finalmente, en los países de situación de pobreza la población suele percibir la educación superior como un mecanismo de ascenso social, es decir, como una oportunidad de ascender a clases socio-económicas más altas. Como la empresa científica no es bien remunerada esto lleva a que los estudiantes opten por profesiones prácticas, dejando de lado las ciencias básicas que sirven de fundamento para la construcción del conocimiento que abre paso al desarrollo de nuevas tecnologías.
En conclusión, esto apunta a una problemática social grave, los países en situación de pobreza deben importar tecnologías de otras regiones para poder atender a sus necesidades, lo que suele presentar costos elevados y a veces prohibitivos que al mismo tiempo limitan el presupuesto nacional que podría ser invertido en educación. Podemos decir a modo de broma “¿para que estudiaste biología? ahora tendrás que ser profesor”, pero la realidad es que son estos hombres y mujeres los que precisamente necesitan están naciones para encontrar nuevas soluciones a los problemas del país; pero para que eso ocurra,el país debe estar dispuesto a invertir en el sistema educativo y en programas sociales que fortalezcan las aptitudes de niños y niñas que algún día podrían ser los futuros científicos que salvarían al mundo.
Agradecemos a Ame Rodriguez
Fuente: http://bit.ly/1l2tCZH
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